“Es cierto, que así como el ius puniendi
del Estado puede manifestarse en distintas intensidades, pues el grado de
severidad sancionadora puede variar en proporción directa a la gravedad del
delito cometido, también es posible que las condiciones en que el individuo
debe cumplir la pena puedan ser distintas en atención a las particulares
circunstancias que rodean el caso de cada sentenciado, es decir, en atención al
margen de peligrosidad que pueda ser deducido de sus características personales,
su comportamiento, antecedentes penales, especial gravedad del ilícito cometido,
etc. No obstante en ningún caso puede justificarse la degradación del ser humano,
de lo contrario el Estado, lejos de actuar como promotor de la reeducación, rehabilitación
y reincorporación del penado a la sociedad, se convertiría en un colaborador
del acrecentamiento de la desviación social del condenado, negándole su condición
de ser humano”.
STC Exp.
N° 00010-2002-AI/TC, f. j. 216.
Publicada en la página web del TC el 04/01/2003.
Articulo basado en TC de Gaceta
Constitucional.
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